fuego contra fuego


Los doctores nunca antes habían visto algo como esto. El piso del pasillo del hospital se teñía de rojo y cada paso de los paramédicos quedaba grabado en la cerámica. La camilla sostenía al inconsciente hombre, quien yacía de espaldas con las correas rodeando su golpeado y abatido cuerpo. Cada persona que pasaba cerca de la camilla quedaba impactada por la seriedad y brutalidad con que tal ser humano fue agredido. La atención se centraba en esta escena.

Cuando el auto Toyota se volcó, una de las ruedas salió disparada. A esas horas de la noche la fiesta y la locura brotan como moscas en lo pútrido. La conducción de un vehículo es apta solo para aquellos que nunca beben en tierra en movimiento. No prestando atención a esto, el conductor desenfrenado, literalmente hablando, se fue en contra de una horda de adolescentes que se divertían con dinero de papá. Uno a uno cayendo sobre el pavimento, cuyo tinte cambiaba de gris a fucsia. Cinco cuerpos sin almas yacían en la escena. El conductor se bajó del auto y comenzó a reírse. La embriaguez parecía estar en estado puro. Tras él el automóvil iluminaba el lugar mientras el humo salía del capó.

La discoteca ya estaba cerrando, y la gente salía del lugar. Nadie esperaba tal escena. La reacción de los embriagados jóvenes fue propia de la condición humana. Antes de llamar a la policía y ambulancia decidieron hacer justicia con sus manos. El conductor asesino fue pateado, escupido y desnudado. La desfiguración provocada fue tan grave que muchos arrancaron, olvidando la verdadera escena del crimen.

La sala de cuidados intensivos fue la última estación en la vida de este hombre, y el comienzo de la muerte para el monstruo. ¿Quiénes son los monstruos de esto?

Los cinco jóvenes sepultados tuvieron su venganza, y a la misma vez los vengadores presos e inculpados pasaron sus años de juventud en la cárcel por el solo hecho de expresar sus primitivas raíces humanas. Combatiendo fuego contra fuego, alimentando odio con odio. 


                                           -pablo trujillo-

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